Según el Feng Shui, hay factores comunes dentro del hogar que pueden interrumpir el flujo positivo de la energía vital. Uno de ellos es la tendencia a conservar objetos rotos o deteriorados. Ya sea una taza astillada, un electrodoméstico que no funciona o un adorno fracturado, cada elemento dañado es visto como un símbolo de energía estancada o bloqueada.
Las plantas también juegan un papel clave según el Feng Shui. Las naturales, cuando están sanas, aportan frescura, vitalidad y conexión con la naturaleza. Pero si están secas o marchitas, pueden reflejar agotamiento o abandono.
Otro punto fundamental son los espejos, que en el Feng Shui son considerados herramientas poderosas. Sin embargo, su ubicación es crítica. Un espejo mal colocado, como frente a la puerta principal o directamente mirando a la cama, puede perturbar el descanso o dispersar la energía que debería entrar y permanecer en el hogar.
El desorden excesivo también es visto como un obstáculo importante. Cuando el hogar se llena de objetos que no se usan, el caos no solo es visual, sino también emocional. Acumular por acumular bloquea la claridad mental y afecta la paz interior.
"Acumular por acumular bloquea la claridad mental y afecta la paz interior".
Los colores
Incluso los colores influyen más de lo que se cree. Tonos oscuros, si se usan en exceso, pueden cargar el ambiente de pesadez o tristeza. Por eso, el Feng Shui recomienda moderar su uso y acompañarlos de colores cálidos o claros que aporten luz, alegría y equilibrio visual.
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