Eduardo de la Iglesia ha sido por años uno de los rostros más reconocidos de la televisión, especialmente por su presencia en La Red, donde se consolidó como una figura. Sin embargo, tras su salida, el vínculo con la señal cambió por completo.
Eduardo de la Iglesia decidió seguir un camino legal para buscar lo que consideraba justo tras casi una década de trabajo en el canal. Sin embargo, lo que parecía un simple trámite terminó por transformarse en una batalla en tribunales.
Eduardo de la Iglesia presentó una demanda por despido indirecto, asegurando que, pese a su continuidad laboral, nunca fue contratado formalmente: “Durante todo este tiempo trabajé bajo subordinación y dependencia, pero me exigían emitir boletas a nombre de mi empresa”, detalló el comunicador en su presentación judicial.
Eduardo de la Iglesia solicitaba una indemnización total que superaba los $79 millones, argumentando, entre otros puntos, el no pago de cotizaciones previsionales. Sin embargo, el Juzgado del Trabajo rechazó todos los puntos de su demanda y ordenó que cada parte asumiera sus propios costos.
"El Juzgado del Trabajo rechazó todos los puntos de su demanda".
Primacía de la realidad
Eduardo de la Iglesia no se quedó conforme y llevó el caso a la Corte de Apelaciones, argumentando una “infracción al principio de primacía de la realidad”, pero tampoco encontró respaldo. Finalmente, la Corte Suprema declaró inadmisible su recurso por no cumplir los requisitos legales.
De esta manera, el periodista concluyó una larga disputa judicial sin éxito, ya que no se reconoció vínculo laboral con La Red ni se dictaminó el pago de indemnizaciones. Según consta el fallo, “no se logró probar la existencia de una relación laboral real ni se configura responsabilidad de las partes demandadas”.
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