Mantener la higiene de las toallas del baño es un factor clave para proteger la salud de la piel y evitar la proliferación de bacterias. Expertos en limpieza recomiendan cambiarlas cada tres o cuatro días para conservar condiciones óptimas.
Algunas personas acostumbran a lavar las toallas con mayor frecuencia. Sin embargo, al hacerlo, suelen cometer un error muy común: lavarlas con agua fría. Según la experta en limpieza del hogar Marga Díaz, este hábito impide eliminar correctamente los gérmenes.
“Si lavas a menos de 60 grados, no eliminarás los gérmenes”, advirtió la experta, dejando claro que solo el lavado con agua caliente garantiza una desinfección profunda de las toallas.
Marga también destacó que el lavado de las toallas exige ciertos cuidados para mantener su eficacia y evitar que se conviertan en un foco de infecciones. Un consejo que sorprende a muchos es evitar el uso de suavizante.
Si bien parece una buena idea para mantener las toallas suaves y perfumadas, lo cierto es que este producto puede ser contraproducente. Según la experta, el suavizante deja una película sobre las fibras que dificulta su capacidad de absorción, atrapa la humedad y reduce su efectividad.
"El suavizante deja una película sobre las fibras que dificulta su capacidad de absorción".
El secado
Para mantener unas toallas verdaderamente limpias y eficaces, lo ideal es lavarlas con agua caliente, prescindir del suavizante y, además, secarlas por completo antes de guardarlas. Así no solo se evita la acumulación de gérmenes, sino que también se conserva su funcionalidad y se garantiza una experiencia más saludable al usarlas.
Si te gustó nuestro contenido, puedes seguirnos en Google News y en nuestro Canal de WhatsApp, eso nos ayuda a seguir generando contenido gratuito a nuestros lectores. ¡Muchas gracias!