Mauricio Pinilla rompió el silencio en una conversación muy personal con el programa “Hay que Decirlo”, donde habló por primera vez sobre el periodo más complejo de su vida. Fue una etapa marcada por el encierro, el consumo de sustancias y una desconexión total con su entorno.
Mauricio Pinilla relató que estuvo más de un año aislado. “Estuve más de un año encerrado, tomando solo casi todos los días. Llegaba del trabajo, me subía al segundo piso, ponía música y me emborrachaba solo”, confesó el comentarista deportivo. Todo formaba parte de un intento desesperado por evadir la angustia: “Tomaba y me desaparecía de mí mismo”.
Mauricio Pinilla reconoció que en ese contexto enfrentó tres intentos de quitarse la vida. El primero fue mientras conducía ebrio hacia Farellones: “Me quería tirar por un barranco. Sentía que, si desaparecía, les hacía un favor a todos”. En el segundo, mezcló alcohol con pastillas: “Lloraba sin parar, con una pena que no se me pasaba. Me acosté esperando no despertar”, expresó el exfutbolista.
Mauricio Pinilla vivió su tercer intento como un punto de quiebre. Luego de ingerir una combinación peligrosa de sustancias, alcanzó a llamar a su hermana: “Ahí cambió todo. Llegó la Gise y me llevaron. Esa vez lo hice en serio”. Esa decisión marcó el inicio de su rehabilitación.
"Esa vez lo hice en serio".
Plata botada
Mauricio Pinilla confesó que nunca había confiado en la ayuda profesional. “Para mí era plata botada. Pero hoy les digo: sí ayudan, sí sirven. Me equivoqué”. A dos años de haberse rehabilitado, dice sentirse en paz: “Hablar de esto me da paz, me relaja, me libera”.
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