Fernando González conoció el vértigo del éxito deportivo como pocos atletas en Chile. El extenista, apodado ‘Mano de Piedra’, llevó al país a la élite del tenis mundial con una carrera repleta de triunfos, medallas olímpicas y un estilo de juego explosivo que se ganó el aplauso internacional.
Pero, más allá de los reflectores y las ovaciones, Fernando González arrastraba una realidad mucho más silenciosa: la soledad. Durante una íntima entrevista en el programa "De Tú a Tú" de Canal 13, el chileno se sinceró sobre uno de los aspectos más duros de su etapa profesional.
“Lo que más me costaba no era entrenar, ni comer bien, ni los aviones. Era la soledad del hotel”, confesó Fernando González. Para el tenista, el contraste entre la energía de los estadios y la quietud de una habitación vacía era difícil de digerir: “Sales con triunfo o derrota, sales arriba o abajo, y después llegas a la pieza del hotel y estás ahí solo”.
"Lo que más me costaba era la soledad del hotel”.
Ese choque emocional marcó gran parte de la carrera de Fernando González, quien reconoció que llegó a cuestionarse el sentido de su rutina diaria. “En un momento dije ‘mi felicidad no puede depender de mi carrera’. Me despertaba a las 4 de la mañana al baño y me quedaba una hora despierto. No puedes comer, no te entra nada”.
Su patrimonio
Más allá de las dificultades emocionales, Fernando González dejó un legado imborrable en el deporte nacional. Según los registros de la ATP, ganó once títulos, acumuló cerca de 9 millones de dólares en premios y alcanzó su mejor ranking en enero de 2007, cuando fue número 5 del mundo.
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