Fernando Solabarrieta hizo un mea culpa y reconoció el peor error de su vida como periodista. En una entrevista para “Marca personal”, de radio La Metro, el comunicador recordó el día en el que llegó ebrio a trabajar en la señal pública.
Antes de aquel recuerdo, Fernando Solabarrieta había rememorado el día en el que Luka Tudor apareció pasado de copas a su programa en Fox Sports Chile. “Esta historia no es divertida, la de Luka era divertida. Esta historia es pública, notoria, evidente, salió al aire, fue súper comentada y no es graciosa: es dramática, ¿cachái?, y a mí me da mucha vergüenza, porque no sólo comprometí mi trabajo, comprometí el trabajo de compañeros del canal”, dijo.
“Yo no tenía que ir ese día, me habían cambiado el día. Era febrero y ese día, era viernes, yo salía de vacaciones. Y a última hora me cambian el día. Yo, por ejemplo, hacía el jueves y quedaba listo, porque hacía radio, personalmente, y quedaba libre, de vacaciones. Del canal ya quedaba libre el día anterior. Pero a última hora me cambian el día, me ponen el día viernes, porque Pedro (Carcuro) no podía”, aseveró.
“El que mandaba la pauta era Pedro”, continuó Fernando Solabarrieta con su relato. “Te decía: oye, flaquito, ¿te puedo cambiar, que tengo un tema? Te la mandaba a guardar con todo y siempre te hacía entender que era un favor pa’ ti”, añadió.
El gran problema
“Bueno, nada, yo salgo de la radio a las tres de la tarde y digo, ¡aaah, de vacaciones!, fui a almorzar, me junté con unos amigos, asado, y de repente, a la noche: Fer, ¿a qué hora vai a venir? Pero cómo… hueón, te cambiaron el día. Ese día estaba con mi profe de boxeo, con una persona que lo contratamos para no manejar”, recordó.
“Estuve, que en paz descanse, con el suegro de Mauricio Pinilla, un encanto de persona. Con su señora, la tía. En fin. No, si estuve toda la tarde en un restorán cerca de la Bío Bío, después pasamos a un asado (...), y de ahí me voy directo a la casa, a buscar el traje, a última hora, corriendo, porque me avisan que tenía que ir”, prosiguió con su relato.
"La Ivette me mira y pone cara como de: no, no hagái esto".
“Me podría haber puesto firme, pero esa hueá de cumplir igual”, lamentó Fernando Solabarrieta. “Y yo no podía ir, po. Si entro a la casa, busco un traje, la Ivette me mira y pone cara como de: no, no hagái esto. Y ahí me voy, y claro, entro al aire y dejo la c…, po hueón. No debí haber ido”, sentenció.
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