Las plantas, como cualquier ser vivo, tienen sus propias necesidades. Con el paso de los días, muchas plantas comienzan a mostrar señales de agotamiento: sus hojas se marchitan, el color se apaga y la vitalidad se pierde. Si bien la solución más obvia parece ser regarlas más o en mayor cantidad, lo cierto es que el momento del día en que se les brinda agua puede marcar la diferencia.
Expertos en jardinería dejaron en claro que no basta con mantener las plantas húmedas, sino que es vital hacerlo en el horario más adecuado. La hora en que se riegan las plantas influye directamente en su capacidad de absorber el agua.
Las plantas que reciben agua entre las 5:00 y las 7:00 de la mañana tienen una ventaja significativa. A esa hora, la tierra aún conserva la frescura de la noche, el sol no alcanzó su punto más alto y la humedad del ambiente facilita que el agua penetre profundamente en el sustrato.
Esto permite que las raíces de las plantas se hidraten de forma efectiva y estén preparadas para resistir el calor del mediodía. Además, al regar temprano, las hojas tienen tiempo suficiente para secarse con la luz solar, reduciendo el riesgo de hongos y otros problemas vinculados al exceso de humedad.
"Al regar temprano, las hojas tienen tiempo suficiente para secarse con la luz solar".
La alternativa
Si por motivos de rutina no es posible atender a las plantas por la mañana, existe la alternativa de regarlas al caer la tarde. Sin embargo, los especialistas advierten que esta opción requiere cuidado. Las plantas pueden recibir agua después de las 8:00 de la noche, pero es crucial evitar que sus hojas queden mojadas.
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