Lula da Silva encabezó una nueva edición de la cumbre de los BRICS en Río de Janeiro, marcada por un ambiente de creciente tensión internacional. Mientras los líderes del bloque buscaban proyectar unidad y diplomacia, declaraciones externas movilizaron el encuentro.
Lula da Silva fue anfitrión de las jornadas que reunieron a Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y otros miembros del bloque ampliado. Si bien evitaron menciones directas, todos los focos apuntaron a una nueva advertencia proveniente de Washington.
Lula da Silva no tardó en reaccionar a las palabras de Donald Trump, quien amenazó con aplicar un arancel adicional del 10 por ciento a países alineados con el grupo. “No queremos un emperador. Somos países soberanos”, dijo el mandatario brasileño en conferencia de prensa.
Lula da Silva agregó que “si él cree que puede aplicar aranceles, los (otros) países también pueden, existe la ley de reciprocidad”. Según el mandatario, “es muy irrespetuoso que un presidente amenace a otros por las redes sociales”.
"Es muy irrespetuoso".
Sin ganadores
Lula da Silva asumió así una postura más fronta, mientras sus aliados optaron por un enfoque más cauteloso. China reiteró que “las guerras comerciales y arancelarias no tienen ganadores”, según expresó la vocera Mao Ning.
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