La miel es un edulcorante natural. Si bien a las bacterias les gusta el azúcar, este néctar es notablemente resistente a la descomposición. Esta llamativa capacidad de combatir los microorganismos ha sido un atractivo para los estudiosos
Una gran parte de los alimentos dulces en frascos tienen una vida útil corta, pero hay algunos, como la miel, que pueden mantenerse durante años. En un ambiente sellado, esta sustancia se puede hasta cristalizar, pero no se estropea.
La miel es elaborada por las abejas a partir del néctar de las flores y al inicio es un líquido tibio, acuoso y azucarado, pero, los insectos concentran el néctar de camino a la colmena, eliminando parte del agua. Esto hace al líquido más ácido, impidiendo que los microorganismos crezcan.
Esto hace al líquido más ácido, impidiendo que los microorganismos crezcan.
Luego de colocarlos en las celdas del panal, las abejas comienzan a abanicar la miel con sus alas. Esto evapora el agua restante, como si fuese un ventilador secando la transpiración de la piel. De este modo, la sustancia que se libera de una gran cantidad de agua.
Un gran trabajo
Los científicos han descubierto que la tarea de las abejas tiene como objetivo bajar la actividad del agua. De este modo, la miel se conserva de un mejor modo y puede resistir un largo tiempo de conservación en buenas condiciones.
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