Quienes buscan bajar de peso ven a las harinas como el enemigo a vencer. Muchas personas han elegido este tipo de dietas para quitarse de encima algunos kilos de más. La idea es reducir considerablemente el consumo de harinas refinadas.
Una dieta libre de harinas se asocia a una considerable baja de peso. Esto, a raíz que este tipo de alimentos, especialmente las refinadas, son una fuente rápida de carbohidratos. Si las eliminamos, se suele reducir la ingesta de calorías y, en consecuencia, el peso corporal.
Asimismo, uno de los efectos más destacados de reducir la ingesta de harinas es el control del apetito. Las dietas bajas en carbohidratos y altas en harinas del tipo integral o de legumbres, dan como resultado una mayor sensación de saciedad.
Uno de los efectos más destacados de reducir la ingesta de harinas es el control del apetito.
¿Qué se puede comer?
A la hora de abandonar las harinas refinadas, hay alternativas nutritivas que se suelen usar para reemplazarlas. Eso sí, se requiere de una planificación cuidadosa para asegurar la calidad nutricional de la dieta y el éxito de las recetas diarias.
Las harinas integrales pican en punta como las mejores para evitar las refinadas. Además de aportar vitaminas y minerales, también aportan proteínas y fibra. En añadidura, las harinas de legumbres o de frutos secos también son recomendables para diversificar las preparaciones saludables.
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