La división que existe actualmente en la sociedad, la llamada grieta, es un producto de la polarización política impulsada por diferentes sectores del arco, valga la redundancia, político, y se intensificó aún más durante la campaña del plebiscito constitucional que se llevó a cabo el pasado domingo 4 de septiembre.
Cuando se habla de grieta no es simplemente en referencia a las divisiones tradicionales que existen desde siempre en el sistema político partidario, con todos los espacios que pueden existir de uno u otro lado, sino al fenómeno que fragmenta en dos a una sociedad, independientemente de las ideologías, en donde la posibilidad de una reconciliación se vuelve cada vez más improbable.
Como punto de partida al escenario actual se puede tomar la revuelta social de 2019 y la evidente necesidad de un gran porcentaje de la sociedad de reformar la Constitución de 1980, algo que el presidente de entonces, Sebastián Piñera, no pudo ignorar pese al intento fallido de controlar por la fuerza las reacciones populares.
Sin embargo, en líneas generales la mayoría de los ciudadanos se han mostrado a favor de una nueva Carta Magna, algo que ha quedado demostrado en el primer plebiscito llevado a cabo en 2020, en donde los chilenos y las chilenas decidieron en la consulta popular crear una Convención Constitucional para redactar una nueva Constitución.
La elección presidencial, el canto de sirena frente a la grieta
Y finalmente, en 2021, un año muy particular para el país, se creó el órgano que comenzó a trabajar en el nuevo texto constitucional, que meses más tarde coincidió con una elección presidencial en donde se trazó notablemente la línea divisoria en la sociedad, la llamada grieta, con una votación muy reñida entre dos representantes de dos ideas de país contrapuestas.
No obstante, ni siquiera en ese momento, ni con la victoria del frenteamplista Gabriel Boric (quien había perdido en primera vuelta contra José Antonio Kast), se sintió la tensión de la grieta como se siente ahora. De hecho, tras el triunfo del ahora mandatario los ánimos parecían haberse calmado y la sociedad parecía entrar en una suerte de reconciliación.
Pero ese canto de sirena quedó al descubierto con el inicio de la campaña del plebiscito del 4 de septiembre, y ya con el gobierno de Gabriel Boric en marcha, cometiendo algunos errores no forzados, además de tener problemas para atender las principales preocupaciones de los ciudadanos, como la inflación y la inseguridad.
La campaña del plebiscito constitucional: la intensificación de la división
Con la instalación de las facciones “Apruebo”, cercana al oficialismo, y “Rechazo”, ambos bandos comenzaron a trabajar intensamente por demostrar por qué la propuesta debía ser aceptada, en el caso de la primera opción, o por qué debía ser rechazada, en el caso de la segunda. Y conforme pasaron los días las campañas se volvieron cada vez más ásperas.
De hecho, muchas figuras han decidido formar parte activa de la campaña, como rostros del espectáculo. Por el lado del “Apruebo”, muchos actores y actrices como Sigrid Alegría, Natalia Valdebenito, Pedro Ruminot, Blanca Lewin e incluso hasta la estrella de Hollywood Pedro Pascal. Por otro lado, también hicieron lo propio figuras como el tenista Marcelo Ríos, el actor Álvaro Rudolphy, Patricia Maldonado, Óscar Andrade y Cristián de la Fuente, este último tomando partido fuertemente por el “Rechazo”.
Fuente: (YouTube/T13).
Pero lejos de un llamado a la unión pese a las diferencias, la campaña se volvió cada vez más intensa en cuanto a la vehemencia implementada para referirse a los aspectos negativos de la opción contraria. De hecho, con mucho trabajo en las redes sociales por ensanchar aún más la grieta por parte usuarios anónimos (y no tan anónimos), los ánimos se caldearon a tal punto que han tenido lugar escenarios poco felices, en donde, por ejemplo, simpatizantes de ambos bandos se encontraron y las cosas no terminaron bien.
El escenario tras la victoria del "Rechazo"
Sumado a esto, también estuvo el amedrentamiento a las figuras que han decidido hacer públicas sus opiniones en favor del “Apruebo” o “Rechazo”, aunque, en base a lo visto hasta ahora, quienes han apoyado a la primera alternativa fueron quienes padecieron el rigor de la irracionalidad propia de quienes han sido afectados por los nocivos efectos de la grieta. Por ejemplo, la comediante Natalia Valdebenito ha tenido que poner su cuenta de Twitter en privado tras el plebiscito a raíz de la cantidad de amenazas y comentarios fuera de lugar que recibió. Y así como ella han habido otros casos.
Lo cierto es que también se ha trabajado mucho no solo en cuestionar las falencias de la propuesta de nueva Constitución, que hasta el propio Gabriel Boric reconoció que las tenía, sino que también se echó más leña al fuego con respecto a los ánimos de la sociedad que se ha mostrado muy frustrada frente a la no resolución de problemáticas como la inflación y la inseguridad, que incluso han empeorado en los últimos meses. Todo esto influyó en el resultado final del plebiscito, aunque el oficialismo le adjudicó a la obligatoriedad de la elección parte de la explicación de lo sucedido.
"¿Podrá el Gobierno convertir esta nueva etapa en una oportunidad para cerrar la grieta?".
Pero sin dudas que el descontento de la ciudadanía con la administración de Gabriel Boric, pese al poco tiempo que lleva en el poder, más las campañas del plebiscito y el resurgimiento de ciertos discursos socialmente disruptivos, han llevado a que la división esté más grande que antes. Ahora comenzó una nueva etapa, con cambio de gabinete mediante, para encarar un nuevo proceso constitucional, la pregunta es: ¿Podrá el Gobierno convertir esto en una oportunidad para cerrar la grieta?