La tasa global de fecundidad (TGF) se conserva en torno a 1,2 hijos por mujer, muy por debajo de la tasa de reemplazo poblacional. Es una crisis anunciada de natalidad, que puede provocar efectos profundos en el ámbito laboral, económico, educacional y, sobre todo, en la estructura demográfica de Chile.
Si bien está crisis de natalidad es una situación ya conocida y respaldada por investigaciones demográficas, ni el gobierno actual de Chile ni los principales candidatos presidenciales han tocado el tema con la seriedad que amerita en sus programas.
Un crisis que puede afectar
"Las experiencias internacionales demuestran que revertir o atenuar la baja fecundidad es posible, pero requiere voluntad política y estrategias a largo plazo", señala Mauro Basaure, académico de Sociología de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello.
En algunos países, como Francia o los nórdicos, han logrado combatir la baja natalidad en sus territorios, y llegando aproximarse a tasas de reemplazo gracias al apoyo económico universal a las familias con hijos.
"Las experiencias internacionales demuestran que revertir o atenuar la baja fecundidad es posible".
Algunas beneficios para crecer la tasa de natalidad en dichos países fue la exención de impuestos a esta familias; licencias parentales generosas, flexibles y con corresponsabilidad, reduciendo la penalización laboral de las madres; asegurando el ingreso a las guarderías y centros de cuidado infantil de calidad, disminuyendo el costo de la crianza y fomentando la igualdad de género en el trabajo.
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