“El discípulo del chef” se encuentra en su fase definitiva, ya no hay equipos y cada participante debe cocinar para salvarse a sí mismo y seguir en carrera. Álvaro Morales se convirtió en el último eliminado, generando una gran conmoción entre todos, principalmente en la chef Carolina Bazán.
Y es el actor fue, hasta hace poco tiempo, uno de los “discípulos” de la “China”, y lo sintió muy profundamente cuando Ennio Carota anunció que era él quien debía abandonar la cocina.
Primero todos tuvieron que cocinar de forma individual, para intentar ganar la inmunidad que finalmente consiguió Felipe Izquierdo. Luego, se formaron en parejas de las cuales la que peor cocinara, tendría a un eliminado que elegirían entre los chefs, Sergi Arola, Ennio Carota y Carolina Bazán, y el mismo Felipe. Izquierdo decidió que el peor plato era el de Kenita y Álvaro, y los chefs debatieron luego cuál de los dos debía irse.
Para Sergi Arola, la responsabilidad era de Álvar, porque tomó las riendas de la cocina, mientras que Carolina Bazán destacó eso como una buena cualidad para quedarse. Finalmente, Ennio desempató y decidió que el actor se fuera.“Era mi responsabilidad. Ella tuvo la confianza en mi, me acompañó. Tenía asumido que yo me iba. Considero que la confianza es un bien en si mismo. Gracias, Kenita, tu confianza fue determinante”, dijo el actor, quien cocinó junto a Kenita Larraín un plato que no llegó a convencer a los jurados.
Rápidamente todos se quebraron en llanto, los compañeros de Álvaro, y también su chef, Carolina Bazán, quien lo tuvo bajo sus órdenes en el equipo azul durante tanto tiempo.
“Chinita quiero mostrarte algo, nunca me saqué la polera azul”, le dijo Álvaro a Carolina Bazán antes de darle el último abrazo de despedida, después, ella le dedicó unas breves pero emotivas palabras.
“Ha sido un placer conocerte, yo soy una persona súperpoco sensible. Me da pena que te vayas, ha sido un placer conocerte, te admiro mucho, eres muy bueno en la cocina y he visto un gran camino en todo este tiempo, así que te deseo lo mejor”, le dijo la cocinera mientras se secaba las lágrimas.