Aunque parezca que todos los políticos están metidos las 24 horas dentro de la vorágine de su mundo plagado de discusiones, campañas y demás cuestiones, el economista Ignacio Briones, quien fuera candidato de Evópoli en las primarias de Chile Vamos hace algunas semanas, se tomó un rato para distenderse en "La divina comida".
Ignacio Briones tiene 48 años, creció en Santiago y estudió ingeniería en la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), en donde se licenció en economía, carrera de la cual se doctoró en economía política por el Instituto de Estudios Políticos de París (SciencesPo).
Desde el año 2008 está casado con la arquitecta Francisca Cifuentes, con quien tuvo tres hijos. Y justamente la esposa del economista es quien diseñó la casa que Ignacio Briones le mostró a todos los espectadores de "La divina comida" durante la última emisión del programa.
“Esta casa, hay que decir primero que nada, que la hizo mi esposa que es arquitecta, la diseñó y la construyó ella”, aclara Ignacio Briones mientras se ven las imágenes de la entrada envidriada de su casa que da al jardín y que conecta con su modesto pero a la vez lujoso living, decorado con varios cuadros.
“Esta es una acuarela de mi papá. Él es arquitecto y esta me la dibujó cuando yo estaba en París”, señaló el economista mientras le contó a los espectadores la forma en la que adquirió otras de sus pinturas. “Estos son los DOBS, unos ratones de un japonés que se llama Takashi Murakami”, agregó Ignacio Briones.
Luego, para seguir con el tour por su espaciosa casa, el economista mostró cómo, además de él, su esposa y sus hijos también tienen una especial inclinación por el arte, al enseñar sus respectivas bibliotecas que dan cuenta de lo ávidos lectores que son.
Al llegar a la puerta de su lugar más privado, su cuarto, el político prefirió no dejar que se registre el desorden. “Para allá es mi pieza, así que los dejo mirar de lejos porque es privado”.
Pero no todo es política y arte, y, acorde al programa, llegó el momento para que Ignacio Briones mostrara sus habilidades en la cocina con una particular receta para un aperitivo que él bautizó como “007 Contracorriente”.