Giuliana Sotela se animó en el pasado año 2021 a volver a Chile, y sumarse a las filas de "El discípulo del chef", donde no solo competiría al lado de su hija, Constanza Ríos, sino también junto con Kenita Larraín, otra expareja de su antiguo marido, Marcelo "Chino" Ríos.
Aunque Giuliana Sotela no pudo llegar lejos en la competencia, su paso por el 'reality' de Chilevisión no pasó desapercibido, y lejos de los escándalos que muchos imaginaron y hasta esperaron, Kenita Larraín y ella terminaron haciéndose buenas amigas. Pero, lamentablemente, no todo fue agradable en su paso por el país.
La modelo costarricense utilizó su cuenta de Instagram para contar una anécdota inédita, que sucedió en los primeros días de estadía en Santiago, antes de comenzar a grabar. Fue mientras hacía la cuarentena obligatoria para todas las personas que llegan del extranjero, y después de recibir la segunda dosis de la vacuna contra el COVID.
"Me ponen la vacuna y me comienza a agarrar un dolor de piernas", comentó. En aquel entonces, cometió el error de buscar en internet sus síntomas. "Cuando googleo dice 'corre a emergencias', 'posibilidad de trombosis' y todo lo que se puedan imaginar", comentó a través de una historia en su cuenta de Instagram.
Luego, Giuliana Sotela, que en ese momento estaba acompañada de su hija Constanza, afirma que notó que su mano se había puesto morada, lo que incrementó la preocupación entre ambas. Lo primer que hizo fue llamar a Chilevisión, ya que ella no podía ser vista, por no haberse revelado su presencia en el programa.
¿Cómo se resolvió todo?
Finalmente, Giuliana Sotela y su hija fueron a un hospital, donde no podían encontrar la explicación del extraño color que había tomado su mano. "Veo a un enfermero que viene con un algodón, se acerca, le pone alcohol, se me queda viendo directamente a los ojos", relata, y cuenta que el enfermero le limpió la mano, que en realidad solamente estaba manchada.