Cristina Tocco no es una persona que se pone muy feliz con la llegada del verano, aunque esto no es por una cuestión ligada al clima sino por otro motivo. Y es que en esta época del año, llega la temporada de piscinas y niños exaltados jugando y gritando hasta altas horas de la noche.
Es por eso que Cristina Tocco no está muy a gusto en su condominio de Vitacura cuando llega el verano ya que al abrir la ventana escucha los gritos de los niños jugando por horas y horas. “Está bien que los niños jueguen, pero no con estos alaridos monstruosos que se te llegan a parar los pelos”, indicó la actriz argentina a LUN.
No obstante, Cristina Tocco aclaró que su problema no es con los niños en general, en absoluto. “Me encantan (los niños), pero algunos papás modernos no les enseñan a respetar al prójimo. Algunos gritan como, qué sé yo, como si estuvieran en una emergencia, para no decir algo peor”, añadió la trasandina.
"Algunos papás modernos no les enseñan a respetar al prójimo".
Una queja que no fue debidamente atendida
En ese sentido, Cristina Tocco reveló que ha planteado el tema de los gritos de los niños con la administración del edificio. “Lo comenté con la administración, les pedí que, a través de una nota, se regulen los gritos de los niños, pero parece que no tuvo mucho resultado. Pero no lo he hablado de modo directo porque no es con nadie en particular”, comentó la intérprete.
Consultada sobre si estos ruidos afectan a su trabajo (escribir guiones), Cristina Tocco reconoció que llega un punto en el que tiene que “cerrar las puertas y ventanas”. “Trato de no usar el aire acondicionado, porque me hace muy mal, y me da disfonía. Pero si abro alguna puerta se filtra el ruido de nuevo. Es el ruido permanente el que te altera, pueden ser los gritos de los niños, una llave que gotea. Eso te tira un poco los nervios”, sostuvo la argentina.
Tras esto, Cristina Tocco hizo un mea culpa respecto de la compra del departamento, indicando que lo aconsejable es no comprar un piso ni muy bajo ni muy alto en el edificio. “Si el edificio tiene 20 pisos, lo ideal es no comprar en el piso 19, sino que en el 18, porque no se está tan cerca de la sala de eventos”, reflexionó la actriz. “Estas son molestias pequeñas, pero que después se van convirtiendo en un inconveniente permanente, que puede disminuir bastante la calidad de vida”, admitió