Quienes comprenden coinciden en que el carisma es un don invaluable que no se compra; es una capacidad especial que algunos afortunados poseen para cautivar a su entorno. Juan Pablo Queraltó, el querido rostro de Chilevisión, despliega este don de manera prodigiosa. Su magnetismo y encanto lo han lanzado a las alturas de la pequeña pantalla, y según aquellos que conocen su trayectoria, aún tiene mucho más para ofrecer en el mundo del espectáculo.
Originario de Rancagua, el siempre ascendente Juan Pablo Queraltó nació el 6 de julio de 1984 y pasó su infancia en El Manzanal y en el tradicional barrio Isabel Riquelme. Su innata simpatía lo hizo muy querido entre los niños del sector y de la escuela, ganándose amistades entrañables sin esfuerzo. Mientras forjaba estos lazos, descubrió su fascinación por los medios de comunicación. De hecho, solía entrevistar a los vecinos en la calle. Aunque, en ese entonces, su verdadero sueño era ser dentista.
Quizás impulsado por mandatos familiares o sociales, decidió probar suerte en el mundo de los conductos y coronas. Se sometió a la prueba de aptitud para ingresar a la universidad y convertirse en un respetado odontólogo que todos los padres quisieran tener. Sin embargo, la prueba no le favoreció; necesitaba más de 700 puntos para ingresar, pero solo obtuvo 692. "Viví una situación bien traumática en ese momento, al ir a la universidad y ver cómo me cerraban la puerta", confiesa en una íntima conversación con "Periodismo Chileno".
En medio de este desaliento, la voz de uno de sus primos le devolvió la esperanza al recordarle las entrevistas al azar que solía hacer a los vecinos de Isabel Riquelme. Fue así como decidió estudiar periodismo en la UNIACC (Universidad de las Artes, las Ciencias y las Comunicaciones). A partir de ese momento, su vida dio un vuelco notorio: desde el minuto cero comenzó a trabajar y hasta la fecha no ha parado.
"Cuando entré a estudiar, la gracia que pasó conmigo es que desde un principio me puse a trabajar. Ahí mismo en la UNIACC se hacían 'Sábado por la noche' y 'Humanamente hablando', ambos programas que se emitían por Mega, y le daban la oportunidad a ciertos alumnos destacados que pudieran participar dentro de estos espacios, y así fue como partí, haciendo la producción periodística", detalla no sin recordar con enorme cariño sus primeros pasos profesionales, recién llegado de Rancagua a Santiago, aún viviendo en una pensión.
El rostro de CHV trabajó durante dos años en "Sábado por la noche", hasta que un profesor, editor de "La Cuarta" y "La Tercera", lo invitó a colaborar con él en dichos proyectos editoriales. Pasó casi 24 meses escribiendo en dos suplementos que rememora con mucho afecto, y en ese contexto, el mismo maestro le sugirió que realizara una práctica en televisión: "Y así fue como la hice en el matinal 'Gente como tú' de Chilevisión y, luego, pasé a 'SQP' debido a mi pasión por el área del espectáculo".
El recordado programa de farándula fue el gran despegue de Juan Pablo Queraltó. "De la calle pasé al panel. Diría que fui el primer notero que hizo ese traspaso en televisión, nadie lo había hecho. Los noteros se quedaban como noteros y lo mismo con los panelistas. Yo hice ese primera gran salto, como también fui el primero en hacer el juego del teléfono, de que me llegaba información, de que estaba hablando con los personajes en ese minuto vinculados a algún tema noticioso. Y eso fue generando este personaje de la información, el cual es recordado por el público", comenta no sin destacar sus divertidos idas y vueltas con Felipe Avello: pasos de comedia que distanciaban al ciclo de lo netamente farandulero, dotándolo de un humor que poco se había visto en la pequeña pantalla local.
Después de "SQP", saltó a "Primer Plano" y más tarde brilló, ya como presentador, en "Sin vergüenza". Al poco tiempo, armó sus maletas, dejó Chilevisión y aterrizó en Canal 13 de la mano de "Bienvenidos". Al respecto, comenta: "Sentía que tenía que dar ese paso profesional, después de haber estado diez años en Chilevisión, sentía que debía salirme un poquito de este estigma de la farándula". Y sí que lo logró. En el recordado y ya extinto matinal pudo desplegar una nueva faceta, demostrando un perfil más serio, aunque sin perder la gracia que lo hizo conocido. Juan Pablo creció considerablemente dentro de la señal de Luksic, donde se mantuvo por dos años, y luego decidió regresar a CHV, ya más consolidado. "Lo bonito de cuando uno se va de un lugar por la puerta principal es que uno vuelve por la misma puerta", reflexiona.
Retorno triunfal
Chilevisión es su hogar televisivo: es la señal que lo vio nacer y que le ha dado las oportunidades que hoy disfruta tanto, como estar a la cabeza de "Sabingo", haber sido parte de "Contigo en la mañana" o haber conducido "El último pasajero" y los especiales nocturnos de "Gran Hermano", entre otros proyectos. Juan Pablo Queraltó celebra la confianza que el canal deposita en él y agradece que le hayan dado lugar para crecer: "He pasado por todas las etapas. Primero de periodista, luego de movilero, de notero, de panelista, y ahora de conductor. Y eso es lo bonito de mi carrera: ha sido lenta pero segura".
"A veces, el camino largo es el que te lleva al éxito".
Al mencionar el programa que más lo ha acercado al público, el presentador no duda y asegura que ha sido "Sabingo", con sus historias personales de emprendedores. "Durante la pandemia nosotros estuvimos siempre muy cerca de la gente y creo que eso fue lo que quiso replicar 'Contigo en la mañana' cuando yo era parte del matinal, con este contenido que yo hacía en la calle con la gente, con los emprendedores, con esa cercanía que hoy día se necesita mucho. Yo fui el puente entre la gente y la televisión, entre el público y sus emprendimientos", recuerda y destaca haberle dado cabida en la pequeña pantalla a cientos de emprendedores que lograron expandir sus negocios gracias a esa atención mediática: "Estas personas subían sus seguidores en redes sociales, en algunos casos, de 100 a 100.000 en menos de una hora de programa".
Pero el proyecto que más lo enorgullece es "El último pasajero", emitido en 2022, donde ofició de conductor estrella retomando la posta dejada más de diez años antes por Martín Cárcamo en la versión de TVN del mismo ciclo de concurso. "Cumplí un sueño al hacer ese programa, el cual marcó, me acercó a las nuevas generaciones y, además, durante todas las emisiones de la primera temporada sacamos el primer lugar. O sea, la gente tenía ganas de vernos, quería ver concursos, tenía ganas de entretenerse y llegamos a un público que en ese entonces no estaba viendo televisión", remarca con ilusión.
Juan Pablo Queraltó tampoco puede pasar por alto el fenómeno que ha sido "Gran Hermano", donde condujo "Espiando la casa: la fiesta", que solía emitirse en la trasnoche de Chilevisión con una sobresaliente sintonía, llegando a medir casi seis puntos de rating entre la 1:30 y las 3 de la madrugada. Como se observa, el éxito acompaña al periodista desde sus inicios y, si bien ahora mismo continúa en la conducción de "Sabingo", se mantiene abierto a nuevos desafíos: "Siempre hay ganas de que se sigan generando más proyectos, poder hacer espacios distintos, quizás de concursos, de conversación, de entretención, que son cosas que a mí me encanta hacer".
Consultado sobre si consideraría irse de Chilevisión en caso de que otra señal le ofrezca conducir un programa que lo tiente, el televisivo admite que no lo haría: "CHV es mi casa televisiva y siento que ahí puedo seguir creciendo mucho más como animador y comunicador, así que por ahora no pienso en cambiarme ni me darían ganas de pasar a ningún otro canal".
Juan Pablo Queraltó se guía por la lealtad pero, sobre todo, por las autenticidad. Se mueve de igual manera dentro como fuera de la televisión, algo que el público celebra. Si bien no es una característica que abunde en el ambiente artístico, el periodista cree fervientemente en que ser real es la única manera de conducirse. También considera con énfasis que la perseverancia es uno de sus grandes logros: "A veces, el camino largo es el que te lleva al éxito. Así ha sido mi ruta, y me ha traído grandes satisfacciones". ¡Y de seguro le traerá muchas más!
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