Las alternativas naturales para la búsqueda del bienestar general del cuerpo se han convertido en tendencia en los últimos años. Una de las que se destaca es el té de cáscara de mandarina, muy popular como una buena colaboración para conciliar el sueño.
El té de cáscara de mandarina, tal como su nombre lo indica, se elabora a partir de la piel del crítico, reconocido en todo el mundo por su sabor dulce y su fragancia. Si bien solemos comer únicamente la pulpa, la cáscara también es rica en nutrientes.
De acuerdo a lo que ha publicado “El Universal”, un estudio que se ha realizado en la Universidad Central de Venezuela comprobó que la cáscara de la mandarina aporta una mayor cantidad de fibra dietética, comparada con otros cítricos. Esto promueve el movimiento intestinal y previene el estreñimiento con todas las molestias que conlleva.
A su vez, el té de cáscara de mandarina también puede ser importante para el control de los triglicéridos y el colesterol. Esto a raíz de que es rico en compuestos bioactivos que aportan beneficios nutricionales que reducen las probabilidades de padecer las consecuencias de un nivel alto de “colesterol malo”.
¿Cómo se hace?
Para realizarlo, precisaremos de dos mandarinas, 500 mililitros de agua, dos varitas de canela y el endulzante de preferencia. Es importante lavar y desinfectar bien la cáscara de la mandarina, además, debemos quitarle la parte blanca que suele ser amarga.
Precisaremos de dos mandarinas, 500 mililitros de agua, dos varitas de canela y el endulzante de preferencia.
Una vez el agua haya empezado a hervir, agregaremos la canela y las cáscaras. Las dejaremos así al menos por 15 minutos para que liberen todas sus propiedades, tras apagar el fuego, esperaremos cinco minutos y colaremos para quitar residuos. Solo queda endulzar a gusto y disfrutar.
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