La vitamina D ayuda a fortalecer los huesos y reforzar el sistema inmune. Nuestro cuerpo sintetiza un 80 por ciento de este nutriente por medio de la exposición solar, sin embargo, existen casos donde es necesario incorporarlo de otra manera para cubrir las necesidades diarias, ya sea consumiendo determinados alimentos o con suplementación farmacológica.
Algunas personas están más predispuestas que otras a presentar niveles bajos de vitamina D. Según el sitio de la "Clínica Mayo", las personas que tienen piel oscura, los mayores de 65 años y los que padecen sobrepeso u obesidad tienden a tener déficit de este nutriente en el cuerpo.
El médico alemán Raimund von Helden, especialista en medicina general, diabetología y que desde hace dos décadas investiga y publica sobre la relación entre niveles bajos de vitamina D y el aumento de la mortalidad resultante, refleja los síntomas de su deficiencia con el acrónimo M-A-N-O-S, de acuerdo al sitio Cuerpo Mente.
¿Cómo saber cuando al cuerpo le falta vitamina D?
Cuando al cuerpo le hace falta vitamina D tiende a presentar debilidad, calambres, temblores y hormigueos. También ausencia de fuerza física, cansancio y fatiga crónicos. Por otra parte, otros de los síntomas son mareos, trastornos para dormir (insomnio y somnolencia diurna), dificultad para concentrarse, ansiedad, cambios anímicos.
La falta de vitamina D, según el experto, genera problemas en el sistema de circulación sanguínea, dolor de cabeza, sensación de frío intenso en manos y pies, intensidad de molestias musculares y de las articulaciones y, en algunos casos, alucinaciones, acidez estomacal, vómitos matutinos y alergia al sol.
Los pescados grasos como el salmón, el atún, la caballa y la trucha se encuentran entre los alimentos con mayor fuente natural de vitamina D.
Los niveles bajos de vitamina D también se asocian con patologías graves como diabetes 2, problemas cardiovasculares, esclerosis múltiple, demencia, asma y otros padecimientos, según artículos científicos que se publican constantemente.
Además de la exposición solar, la dieta alimentaria juega un rol importante en la obtención de vitamina D. El sitio "National Institute of Health", agencia principal de los Estados Unidos responsable de la salud pública de investigación, señala que los pescados grasos como el salmón, el atún, la caballa y la trucha se encuentran entre los alimentos con mayor fuente natural de vitamina D. También el hígado de vaca, la yema de huevo y los productos lácteos poseen este nutriente en cantidades más pequeñas.
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