El sueño es fundamental para los seres humanos, es el momento de descansar y reponer energías para el próximo día. Por eso, es un momento muy importante, en el cual diversos factores entran en juego, como la comodidad y el tiempo, para permitirle al cuerpo y la mente alcanzar el descanso necesario.
En este punto, un elemento primordial a la hora de dormir apropiadamente es tener una buena almohada. La misma tiene la tarea de contener el peso de la cabeza y mantener el cuello en la posición correcta para evitar una mala postura cervical. Todo esto para evitar dolores y contracturas de modo tal de asegurarse un sueño de calidad.
Existen muchos tipos de almohadas de precios y composiciones variadas. Algunos prefieren más delgadas, otros más gruesas, y hasta existen algunas que se adaptan a la anatomía del usuario. Pero el gran secreto está en elegir la almohada dependiendo de la forma de dormir.
¿Cuál elegir?
Por eso, las personas que acostumbran a dormir boca arriba deberían optar por una almohada que no sea muy gruesa. Ya que la misma actúa de soporte para cuello y cabeza durante el sueño, y si fuera muy alta provocaría una mala postura que incluso podría dificultar la respiración.
Actúa de soporte para cuello y cabeza.
En los casos en los que sí se recomienda utilizar la almohada gruesa, es para las personas que encuentran más cómodo dormir de costado. De este modo lo que se busca es evitar que el cuello se apoye en el hombro, provocando dolencias y malestar. Una almohada de mayor porte mantendrá así la alineación del cuello con la columna vertebral.
Por último, quienes duermen boca abajo, deberían buscarse una almohada blanda, fina y flexible. Esto se debe a que quienes transcurren el sueño en esta postura suelen abrazar la almohada, por lo que una de plumas o fibras sintéticas es ideal para poder adaptar el relleno y colocarlo donde se necesite.
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