El enojo es una emoción que experimentamos todos, pero cuando se vuelve intenso y recurrente, puede causar efectos negativos profundos en nuestro cuerpo: mente, corazón y sistema gastrointestinal.
De acuerdo a un estudio reciente del Journal of the American Heart Association, el enojo puede aumentar significativamente el riesgo de ataques cardíacos, ya que afecta el funcionamiento del corazón.
¿Qué se sabe?
El grupo de personas que experimentó el enojo presentó un flujo sanguíneo peor en comparación con los otros grupos, ya que sus vasos sanguíneos no se dilataron adecuadamente. Esto señala que el enojo puede dañar las arterias con el tiempo, aumentando el riesgo de padecimientos cardíacos.
De igual manera, el enojo también perjudica el sistema gastrointestinal. Cuando la persona experimenta esta emoción, el cuerpo produce numerosas proteínas y hormonas que aumentan la inflamación y termina provocando otros problemas como dolor abdominal, hinchazón y estreñimiento.
El enojo también perjudica el sistema gastrointestinal.
No conforme con eso, el enojo puede tener un impacto profundo en nuestro cerebro y en nuestra capacidad cognitiva. Cuando nos enojamos, el cuerpo libera hormonas del estrés en el torrente sanguíneo. Si los niveles de estas hormonas son altos, pueden dañar las células nerviosas en la corteza prefrontal y el hipocampo.
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