Quien convive con un gato sabe que en el fondo estas mascotas no son muy diferentes de los humanos, y de ahí surge esa conexión tan especial que algunos entablan con esos animales. Sin embargo, y al igual que las personas, ellos también pueden tener problemas de nervios y de estrés, que se pueden convertir en un verdadero contratiempo para el hogar.
Existen muchos factores que pueden afectar la salud mental del gato, y esto termina teniendo su repercusión en su comportamiento. Y es que no hay que olvidar, que hasta los animales más domesticados guardan su instinto salvaje, que puede entrar en conflicto con la vida hogareña y moderna.
Ante cualquier indicio de comportamiento extraño del compañero felino, la primera recomendación es acudir al médico veterinario, el cual podrá determinar si tiene algún problema clínico. En caso de no ser así, podrá recomendar algunas acciones para aliviar su malestar.
El entorno es muy importante para el gato, ya que se trata de un animal muy territorial, por eso deberá sentirse cómodo y contenido. También es fundamental cuidar su alimentación y su higiene. Pero sobre todo, no olvidar que se trata de unas mascotas muy activas, por lo que necesitarán estimulación constante con juegos y ejercicios.
De todos modos, a veces el veterinario puede recetar también algunos fármacos para ayudar a combatir los nervios de las mascotas. Los mismos, se pueden traducir en conductas compulsivas, pérdida del apetito o un comportamiento agresivo.
¿Qué se puede hacer?
Prestar mucha atención a la conducta del gato, detectar si le falta algo, como la comida o la higiene. Además, realizar paseos regulares, con una correa para evitar que se pierda si no está acostumbrado, y asegurar que tenga el espacio para moverse y explorar, que es lo que más les gusta a los felinos.
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