Las verduras van ganando de a poco terreno y cada vez más las personas las incorporan en sus dietas. No caben dudas de que se trata de una sana decisión ya que es importante consumir todo tipo de alimentos, en especial aquellos de origen natural que son los que más y mejores propiedades aportan al organismo.
Pero hay un lugar que hasta hace no mucho tiempo parecía vedado para las verduras y es la parrilla. El asado tradicional está compuesto de forma casi exclusiva de carne roja y embutidos, y tal vez de algún ave. Pero de a poco, las verduras fueron poblando las parrillas ampliando el abanico de sabores.
Y es que no hay como el sabor que aporta una buena cocción al fuego de leña o carbón. El sabor y la textura de las verduras, como sucede también con la carne, se potencian al ser cocinadas en la parrilla pero, por supuesto, hay que saber cómo hacerlo.
Pero además del cómo, hay que definir el qué, porque no cualquier alimento se puede colocar sobre la parrilla y esperar un buen resultado. Lo más conocido es el pimiento, que se puede cocinar en tiras o bien cortado por la mitad a lo largo, directamente sobre las brasas.
Un abanico de sabores
También se pueden colocar calabacines cortados en rodajas gruesas o en forma de bastones y sazonarlos con aceite de oliva, sal y pimienta. El particular sabor de las berenjenas adquirirá un extra muy especial a la parrilla. Estas se pueden cortar en rodajas cubiertas con aceite de oliva, ajo y hierbas frescas.
Potenciar todo su sabor.
Muchos asadores colocan papas y cebollas directamente sobre las brasas. Las zanahorias también se pueden asar cortadas en bastones, y hasta el maíz se puede cocinar también de esta forma. La clave está en sazonar siempre las verduras antes de colocar en la parrilla, para potenciar todo su sabor.
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