La harina de trigo es uno de los elementos más usados en la cocina debido a la enorme variedad de recetas que se pueden hacer con ella. Este polvo está hecho del trigo, un cereal que la humanidad lleva consumiendo durante miles de años.
La harina de trigo es una fuente de carbohidratos, fibra, vitaminas y minerales como el hierro y el magnesio. En cada tipo de harina, lo que varía sustancialmente es el contenido de gluten y su grado de refinamiento.
Cabe destacar que, la harina de trigo refinada, usa muchos productos procesados que le da menos contenido nutricional debido a la eliminación del salvado y el germen durante el proceso de molienda. En este punto, es importante conocer algunas alternativas sin gluten.
Una de ellas es la harina de almendras, tiene un bajo índice glucémico y un significativo contenido de proteínas y grasas saludables. Ideal para recetas de repostería. A su vez, la harina de arroz tiene características similares y aporta carbohidratos complejos, vitaminas y minerales.
La harina de garbanzo, de castaña, de coco y de quínoa se destacan por su bajo índice glucémico.
Más alternativas
La harina de garbanzo, de castaña, de coco y de quínoa se destacan por su bajo índice glucémico. Entre los beneficios de consumir un tipo de harina saludable está el mayor contenido de proteínas, vitaminas y minerales. Cabe apuntar que no todas las harinas tienen un efecto sobre el peso del mismo modo, elegir una alternativa saludable en este punto y consumirla modernamente puede ayudar a mantener un peso saludable.
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