El café es mucho más que una bebida hoy en día. Es una excusa para encontrarse y compartir un momento con otra persona, y también uno de los negocios más populares hoy en día, que proliferan los lugares donde tomar un café de especialidad. Pero claro, también se puede degustar uno muy bueno en la comodidad del hogar.
También están cada vez más de moda las cafeteras modernas y costosas que prometen un café como el que se podría comprar en el mejor de los bares. Sin embargo, teniendo algunas cuestiones en cuenta es posible prepararse, sin demasiados gastos, una bebida acorde y de primera calidad.
Lo primero será comparar un café fresco, para esto habrá que cerciorarse que tenga menos de 60 días desde el tueste. Esto a veces es difícil de encontrar en los productos que se ofrecen en los supermercados, así que lo mejor sería recurrir a una cafetería de especialidad.
Moler el café al momento de prepararlo dará un resultado mucho más rico ya que de esta manera se conservará todo el aroma y sabor. Una vez molidos los granos, comienzan a oxidarse lo que hace que vaya perdiendo sus cualidades aromáticas. Además, percibir el olor del café recién molido va preparando los sentidos.
Hoy en día se acostumbra en muchos lugares servir el café a una temperatura no tan caliente, pero a la hora de prepararlo, es necesario tener el agua casi a punto de ebullición. Esto logrará disolver todas las partes del café. La temperatura ideal del agua es de 95 grados centígrados, aunque también se puede hervir y esperar un minuto antes de usar.
Se puede hervir el agua y esperar un minuto.
Aunque parezca evidente, hay que cuidar mucho la higiene de los elementos que se vayan a usar. Si quedan algunos restos en la cafetera, no cabe duda de que contaminarán un nuevo preparado influyendo en el gusto.
Agregado
El café con leche es muy popular, pero a algunos se les puede ir la mano con lo segundo y terminar tapando el gusto del primero. La recomendación es que el agregado de leche no supere el 10 por ciento del líquido total, de modo tal de sumar cremosidad sin cubrir el sabor del café.
El azúcar es otro elemento que parece ir de la mano con el café, sin embargo, los especialistas afirman que el café se toma solo. Incluso, el café torrado tiene sus tonos dulces. Por eso, el consejo de los que saben es ir reduciendo de forma gradual el azúcar hasta poder eliminarlo por completo.
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