Lo que pasó en la Serie A es insólito y pocas veces visto, una escena que se espera en un partido escolar y no en uno de la élite del fútbol europeo. Udinese, el equipo de Alexis Sánchez en Italia, fue el protagonista de este escándalo.
El Udinese le ganó 1 a 0 al Lecce con un gol que nadie festejó. Todo a raíz de una situación en la que Alexis Sánchez poco pudo hacer. Luego de que el árbitro cobrara un penal para el club de Friuli, el delantero Lorenzo Lucca tomó la pelota y no la soltó, a pesar de la enorme desventaja de no ser el asignado para cobrar la pena máxima en el fútbol.
El francés Florian Thauvin era el encargado de los penales en el equipo de Alexis Sánchez, pero Lucca estaba convencido de que quería patear. Tras eternos segundos de discusión, los jugadores del Udinese cedieron y le dieron la posibilidad de ejecutar desde los 12 pasos.
El remate de Lucca fue perfecto, pero tuvo que festejar en soledad porque sus compañeros ni siquiera se acercaron a saludarlo por su gol. Udinese había conseguido la ventaja a los 30 minutos del primer tiempo, pero nadie lo celebró.
Castigo
Ante las pifias generalizadas, Kosta Runjaic, DT del equipo de Alexis Sánchez, tomó la determinación de sacar del partido a Lorenzo Lucca unos minutos después de su gol, cuando el partido recién tenía 34 minutos jugados.
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