La salud bucal no solo depende de una higiene adecuada, sino también de la atención a hábitos y factores que, a menudo sin darnos cuenta, pueden afectar la alineación de los dientes y la sonrisa en general. Tener los dientes torcidos, o la maloclusión, es más común de lo que se piensa y no se trata solo de una cuestión estética.
Detrás de una sonrisa desalineada pueden esconderse problemas funcionales que impactan en la masticación, el habla y la salud bucal en general. Esto puede manifestarse cuando los dientes no están bien posicionados, se giran sobre sí mismos o no encajan correctamente.
Entre los hábitos que más perjudican la posición de los dientes está la succión del pulgar o el uso prolongado del pacificador, especialmente después de los tres años. También es común que ciertas acciones como morder objetos duros (como lápices o uñas) o empujar los dientes alteren gradualmente la sonrisa.
"Entre los hábitos que más perjudican la posición de los dientes está la succión del pulgar".
Otros factores, como respirar por la boca de forma crónica o dormir con presión sobre la cara, también pueden ejercer fuerzas constantes sobre la mandíbula que, con el tiempo, deforman la estructura de los dientes.
Los tratamientos más eficaces
Afortunadamente, existen tratamientos eficaces para corregir estas alteraciones en los dientes. En la infancia, el diagnóstico temprano puede facilitar el uso de expansores palatinos que guíen el desarrollo del maxilar. En adolescentes y adultos, los brackets tradicionales o los alineadores invisibles son opciones muy efectivas para realinear los dientes con discreción y comodidad.
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