En un mundo acelerado, encontrar un escape al estrés cotidiano es toda una necesidad. Si bien el ejercicio físico es una recomendación común para mejorar la salud mental, recientes investigaciones científicas revelan que no todas las actividades físicas ofrecen los mismos beneficios emocionales.
Para sorpresa de muchos, el baile se posiciona como una de las prácticas más efectivas para reducir los niveles de estrés y promover el bienestar general. Un estudio publicado en “Psychology of Sport and Exercise” comprobó que el baile no solo reduce la frecuencia cardíaca y la presión arterial, sino que también disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Además, bailar promueve la liberación de oxitocina y endorfinas, neurotransmisores clave para la sensación de felicidad y conexión social. Esto ofrece una perspectiva novedosa sobre cómo una actividad tan divertida puede tener efectos clínicamente significativos en nuestra salud mental.
Además del impacto fisiológico y el estrés, los beneficios del baile abarcan dimensiones emocionales y sociales. El investigador Jonathan Skinner, de la Universidad de Surrey, destaca cómo esta actividad fortalece los vínculos interpersonales y permite expresar emociones reprimidas. “Bailar es un mecanismo natural de resiliencia”, afirmó Skinner, quien propone incorporar esta disciplina en políticas públicas relacionadas con la salud mental.
“Bailar es un mecanismo natural de resiliencia”.
¿Cómo iniciar?
Para quienes deseen iniciarse a liberar el estrés con este método, lo ideal es experimentar con distintos géneros musicales, tomar clases para principiantes y disfrutar del proceso sin presiones ni comparaciones. Bailar no requiere experiencia previa ni perfección: basta con moverse con libertad y constancia.
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