Beber un vaso de agua con limón en ayunas se ha convertido en un hábito saludable muy popular. Promete beneficios como mejorar la digestión, fortalecer el sistema inmunológico y prevenir cálculos renales. Pero, aunque esta bebida tiene efectos positivos en muchas personas, no es para todos, y en ciertos casos, puede causar más daño que bienestar.
El limón es una fruta ácida, con un pH entre 2 y 3, lo que puede agravar problemas gástricos en personas que sufren de reflujo gastroesofágico o acidez. El ácido cítrico del agua con limón puede irritar la mucosa del esófago y aumentar la incomodidad.
El agua con limón también está contraindicado para quienes padecen de gastritis o úlceras gástricas, ya que su acidez puede intensificar el ardor y la irritación. Si bien algunas investigaciones en animales sugirieron un posible efecto antiulceroso del jugo de limón en ciertas condiciones, estos resultados no son concluyentes ni suficientes para recomendarlo en esos casos.
Además, el agua con limón puede influir en personas que sufren de migrañas, ya que contiene tiramina, un compuesto que en algunas personas puede desencadenar dolores de cabeza intensos.
"Puede desencadenar dolores de cabeza intensos".
Beneficios comprobados
Pese a estas contraindicaciones, el agua con limón sí ofrece beneficios comprobados en personas sanas. Su contenido en vitamina C fortalece el sistema inmunológico, aunque no es la fuente más rica en este nutriente si se compara con otras frutas como el kiwi. También se demostró que puede ayudar a prevenir la formación de cálculos renales, ya que el ácido cítrico inhibe la cristalización de sales que los producen.
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