La esponja de cocina es una herramienta fundamental, pero también puede ser una de las más contaminadas. Si bien cumple la tarea de mantener limpios los platos, muchas veces pasa desapercibida como un posible foco de bacterias.
Expertos en microbiología y seguridad alimentaria coinciden en que no basta con enjuagarla después de cada uso. Para mantener una esponja realmente libre de microorganismos, es necesario aplicar métodos de limpieza y desinfección más efectivos.
La limpieza básica debe comenzar con un buen enjuague bajo agua corriente, eliminando restos de alimentos que alimentan las bacterias. A esto se puede sumar el uso de soluciones como agua caliente con detergente o incluso productos antibacterianos diseñados para uso doméstico.
Sin embargo, lo verdaderamente efectivo, según los especialistas, es combinar esta rutina con técnicas de desinfección profunda. Una de las más recomendadas es sumergir la esponja en una solución de agua con lavandina en proporciones seguras. Este método puede eliminar una amplia gama de bacterias, siempre que se enjuague correctamente la esponja después del proceso.
"Este método puede eliminar una amplia gama de bacterias".
Métodos naturales
También existen métodos más naturales y accesibles, como colocar la esponja en el microondas durante uno o dos minutos (previamente húmeda, para evitar incendios), o aprovechar el ciclo caliente del lavavajillas.
Además del proceso de limpieza, es importante permitir que la esponja se seque completamente entre usos, ya que la humedad constante es el entorno perfecto para la proliferación bacteriana.
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