La memoria no es un contenedor perfecto donde se guarda todo lo vivido, sino un sistema complejo de almacenamiento que selecciona momentos específicos. Entender cómo funciona es clave para protegerla y potenciarla a lo largo del tiempo.
Uno de los pilares fundamentales para conservar una buena memoria es dormir lo suficiente. La neurocientífica Elizabeth Kensinger, en diálogo con “The Harvard Gazette” indicó que el sueño ayuda a transferir la información de la memoria inmediata a la de largo plazo. Sin descanso adecuado, el cerebro no logra consolidar lo aprendido ni retenerlo de forma efectiva, lo que se traduce en olvidos frecuentes incluso de lo más reciente.
Otro recurso valioso para cuidar la memoria es aplicar estrategias mnemotécnicas. Kensinger y el neurólogo Andrew Budson propusieron una técnica conocida como “CUATRO”, basada en cuatro pasos esenciales: enfocar la atención, organizar la información, comprenderla y relacionarla con conocimientos previos.
Este enfoque no solo mejora la memoria, sino que también optimiza la forma en que la mente procesa los datos nuevos, haciéndolos más fáciles de recuperar más adelante.
"Optimiza la forma en que la mente procesa los datos nuevos".
Ejercicio físico
Además, cuidar el cuerpo también es cuidar la memoria. Según la “Mayo Clinic”, el ejercicio físico mejora el flujo sanguíneo, incluyendo el que llega al cerebro, lo que beneficia directamente a las funciones cognitivas.
Si te gustó nuestro contenido, puedes seguirnos en Google News y en nuestro Canal de WhatsApp, eso nos ayuda a seguir generando contenido gratuito a nuestros lectores. ¡Muchas gracias!