Secar la ropa en pleno invierno puede parecer una tarea imposible. Sin embargo, lo que durante décadas fue un simple truco de abuela ahora tiene respaldo científico: el proceso de sublimación. Este fenómeno explica cómo, incluso con temperaturas bajo cero, la ropa húmeda puede secarse sin necesidad de calor.
La sublimación es un proceso físico por el cual el agua pasa directamente del estado sólido al gaseoso, sin convertirse en líquido. Así, cuando la ropa mojada se congela al aire libre, el hielo puede evaporarse sin derretirse, secándola poco a poco. Si bien requiere tiempo y condiciones específicas, este método es efectivo y no daña los tejidos.
Pero en tiempos modernos, esta técnica se puede potenciar con recursos que aceleran el proceso sin comprometer la calidad de las prendas ni aumentar el gasto eléctrico. Un buen centrifugado previo en la lavadora es clave para eliminar la mayor cantidad de agua posible.
En hogares donde el clima es particularmente húmedo, los deshumidificadores se convierten en grandes aliados. Estos aparatos extraen el exceso de humedad del ambiente, haciendo que el aire acelere el proceso de secado y evitando el temido olor a ropa húmeda.
"Estos aparatos extraen el exceso de humedad del ambiente".
Espacios ventilados
Otra cuestión importante que se debe tener en cuenta para secar la ropa más rápido, es colocarla en espacios bien ventilados, con ayuda de ventiladores o incluso toallas absorbentes.
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