Compartir la cama con una mascota se convirtió en el momento preferido de muchas personas a la hora de dormir. Si bien este hábito es muy cuestionado por quienes lo consideran poco higiénico, la ciencia comienza a dar un veredicto distinto: dormir con una mascota podría ser beneficioso para la salud.
Durante años, los expertos debatieron sobre los efectos reales de dormir acompañado por una mascota. Un estudio publicado en “Mayo Clinic Proceedings” reveló que la presencia de un perro en el dormitorio no interfiere con la calidad del sueño en humanos. Al contrario, algunos participantes del estudio experimentaron una mejora en su descanso.
Cuando una mascota duerme cerca, el cuerpo humano libera oxitocina, conocida como la hormona de la conexión y el afecto. Esta sustancia no solo genera un efecto calmante, sino que puede reducir los niveles de ansiedad y favorecer un sueño más reparador. Para muchas personas, abrazar o simplemente sentir la respiración rítmica de su mascota al dormir se convierte en un ritual de bienestar emocional.
También hay quienes encuentran en su mascota una fuente de seguridad. En especial las personas que viven solas afirman que la presencia de su mascota les proporciona una sensación de protección que disminuye temores nocturnos y hace más llevaderas las noches solitarias. Esa confianza, según los expertos, puede traducirse en un sueño más profundo y continuo.
"Disminuye temores nocturnos y hace más llevaderas las noches solitarias".
Motivación matutina
Incluso al despertar, la mascota sigue cumpliendo un rol emocional importante. Despertar con un lametón, un ronroneo o simplemente con el calor de su cuerpo puede marcar el tono positivo del día. La energía afectiva que transmite una mascota, sin necesidad de palabras, tiene un efecto inmediato en el estado de ánimo y la motivación matutina, lo que podría tener beneficios acumulativos a lo largo del tiempo.
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