Si bien muchas veces parecen limpias, las toallas pueden convertirse en verdaderos criaderos de bacterias, hongos y malos olores si no se lavan correctamente. Aunque existen muchas soluciones comerciales, también podemos contar con algunas alternativas caseras para su limpieza.
Lavar las toallas después de cada tres o cuatro usos es una regla, pero el verdadero truco para mantenerlas impecables y esponjosas va más allá de un simple lavado. Según la experta en limpieza Andrea Caaveiro, el secreto está en abandonar el suavizante comercial y reemplazarlo por un ingrediente casero: el vinagre blanco.
Aunque parezca contradictorio, el suavizante no siempre cumple su propósito. Muchas veces recubre las fibras con residuos que reducen su capacidad de absorción y, con el tiempo, vuelven las toallas más ásperas.
En cambio, el vinagre blanco limpia profundamente, elimina restos de jabón, neutraliza malos olores y suaviza las telas de forma natural. Si se le suma bicarbonato de sodio al proceso, se logra una limpieza más profunda que además elimina la humedad persistente y los olores desagradables.
"El vinagre blanco limpia profundamente".
¿Cómo se utiliza?
El proceso es sencillo: se utiliza el detergente habitual, se sustituye el suavizante por vinagre blanco en el compartimiento correspondiente de la lavadora y se añade bicarbonato directamente al tambor. El resultado son toallas visiblemente más limpias, suaves al tacto y con una frescura que dura más tiempo.
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