El dolor de espalda se convirtió en un acompañante habitual para muchas personas. Según informes de “Mayo Clinic”, es una de las principales razones por las que la gente acude al médico y falta al trabajo. Lo curioso es que, en muchos casos, este malestar en la espalda no surge de una lesión repentina, sino de rutinas cotidianas.
Especialistas en salud insisten en que la espalda necesita cuidados constantes, especialmente en personas menores de 60 años. Es por esto que identificar y corregir ciertas costumbres puede ser la clave para prevenir dolores persistentes.
Uno de los enemigos silenciosos de la espalda es la mala postura, en especial durante las largas horas frente a una pantalla. Sentarse encorvado debilita los músculos del tronco, aumenta la rigidez en la cadera y eleva la presión en la zona lumbar.
Otro hábito cada vez más común que impacta directamente en la espalda es el uso excesivo de dispositivos móviles. Bajar la cabeza constantemente para mirar una pantalla genera una tensión acumulada en el cuello y parte superior de la espalda.
"Bajar la cabeza constantemente para mirar una pantalla genera una tensión acumulada en el cuello".
El calzado
Incluso el calzado que elegimos influye más de lo que imaginamos en la salud de la espalda. Un estudio reciente publicado en “Scientific reports” revela que el uso prolongado de tacones altos supera un umbral crítico que marca el inicio del malestar lumbar.
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