Pese a haber sido uno de los primeros países en producir la vacuna contra el COVID con “Sputnik”, Rusia es una de las naciones con el porcentaje más bajo en el esquema de vacunación del mundo con solo el 32,5 por ciento de su población inoculada contra este virus que ha desatado una pandemia.
Es por este bajo porcentaje que Rusia ha registrado en las últimas semanas alarmantes cifras con respecto a la cantidad de personas que han contraído el virus como así también personas que han perdido la vida.
Es por esto que el Gobierno de Rusia ha impuesto nuevas medidas restrictivas que comenzaron a entrar en vigencia durante la jornada del sábado con el objetivo de contener una escalada de contagios y decesos, cuyos números hasta el momento son los más altos de toda Europa.
La orden del presidente de Rusia
A raíz de esto, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dio la orden de un fin de semana de vacaciones pagadas que tenga vigencia a partir de este sábado hasta el domingo 7 de noviembre con el objetivo de romper con la cadena de récords en materia de contagios diarios como de decesos.
En los últimos días, el Gobierno de Rusia ha manifestado su preocupación a través de los epidemiólogos luego de que varias agencias de noticias dieran a conocer que, según varias encuestas, un tercio de los rusos tenían planeado realizar viajes durante el periodo de vacaciones.
Si bien varias regiones de Rusia ya han establecido diferentes medidas restrictivas contra el COVID, durante la jornada del sábado comenzaron a entrar en vigencia las más estrictas en Moscú que es lugar en donde se han registrado la mayor cantidad de contagios. Es decir, el epicentro.
En el balance diario de COVID del sábado, Rusia ha reportado que en las últimas 24 horas hubo 40.251 nuevos casos de contagios, la cifra más alta de este indicador desde el inicio de la pandemia. Asimismo, desde la irrupción del virus en el país un total de 450.000 personas han perdido la vida.