La muerte del presidente de Haití, Jovenel Moïse, devastó al pueblo caribeño. En un asalto perpetuado en su propio domicilio ubicado en el barrio Pelerin de Puerto Príncipe, el joven dirigente fue ultimado por un grupo de hombres armados.
Según afirmaron las fuentes oficiales, cuatro posibles homicidas implicados en el hecho fueron asesinados por la policía local. Mientras que otros dos sospechosos fueron detenidos.
En el ataque, la primera dama, Martine Moïse, resultó herida. Luego de ser trasladada al hospital, donde recibió los primeros cuidados médicos, falleció.
Desde que se conoció la noticia del ataque presidencial, la situación del país se volvió aún más crítica. El director general de la Policía Nacional, León Charles, afirmó que se inició un operativos minutos después de la tragedia en la que Moïse perdió la vida.
Además, dijo que "cuatro mercenarios fueron abatidos, dos puestos bajo nuestro control y tres policías que habían sido tomados como rehenes fueron recuperados".
Hasta el momento, no se conoce el motivo del ataque ni la identidad de los malvivientes. La información que maneja el primer ministro, Claude Joseph, es que eran "extranjeros que hablaban inglés y español".
Por su parte, el embajador de Haití en Estados Unidos, Bocchit Edmond, afirmó que los mercenarios eran "profesionales" y que se hacían pasar por funcionarios de la agencia antidrogas estadounidense.
Este jueves, el Consejo de Seguridad de la ONU evalúa tratar la situación vivida en el país caribeño. Organismo que también pidió que los responsables del hecho “sean entregados a la justicia”.
Joseph, inmediatamente después de lo ocurrido, dispuso el estado de sitio, cerró el aeropuerto de la capital y blindó la frontera con República Dominicana. "En estricta aplicación del artículo 149 de la Constitución, acabo de presidir un Consejo Extraordinario de ministros y hemos decidido declarar el estado de sitio en todo el país”, afirmó en un discurso que se difundió en las redes sociales.
El funcionario prometió, además, que el crimen de Moïse “no quedará impune” y que los asesinos “pagarán en la Justicia lo que hicieron”. El primero ministro Joseph aseguró que “esta muerte no quedará impune”.
Jovenel Moïse fue acribillado con 12 balazos durante la madrugada del miércoles. Lo encontraron en su oficina, mientras que su habitación y demás espacios del hogar fueron brutalmente saqueados.