Poco antes de que comenzara la pandemia, las jóvenes y mujeres de Uganda, África comenzaron a hablar sobre las desafortunadas situaciones que algunos hombres les hicieron pasar.
Fue el momento del 'mee too' de las ugandesas, que se apoyaron entre ellas para animarse a contar aquello que venían callando desde hacía mucho tiempo. Un buen ejemplo del movimiento de mujeres es Sheena Bageine.
La historia de la resistencia de las jóvenes africanas no hubiera sido posible de no ser por Sheena Bageine, quien se animó a publicar las historias de otras mujeres de manera anónima desatando así un caos mediático y público.
Sheena terminó detenida y acusada de comunicación ofensiva y ciberacoso. Pero con la ayuda de otras mujeres que comenzaron un movimiento en redes llamado 'free sheena' (liberen a sheena), la dejaron en libertad bajo fianza.
El revuelo mediático y la atención pública sobre las autoridades no era algo bueno para la policía implicada, razón por la cual Shenna Bageine pudo salir de su celda.
De no ser por la campaña en redes de sus colegas y otras mujeres afectadas, tal vez la historia de Sheena hubiera sido diferente.
Y así fue como las mujeres de África se unieron para manifestar su enojo y su tristeza hacia el sistema patriarcal de su país. El mismo que apresó a una de ellas por decir la verdad y exigir justicia.
Sin embargo, las autoridades africanas continúan apresando a las mujeres que se oponen al patriarcado y a ser tratadas como objetos que pueden usarse y desecharse.