La toma ilegal de tierras es un problema que sucede a menudo en Latinoamérica y, tal vez, con menos frecuencia en el resto del mundo. Brasil, por ejemplo, no se queda afuera de estas preocupaciones que ahora afectan tanto a las comunidades de los pueblos originarios como a sus bosques.
El Proyecto de Ley 490/2007, en desacato a la Constitución Federal de Brasil, propone que la organización de las tierras indígenas se haga mediante leyes. El problema es que este proyecto busca permitir la minería en estas tierras, algo que ya está destruyendo el Amazonas.
La polémica aparece debido a que la Constitución brasilera dice que "las tierras tradicionalmente ocupadas por los indígenas están destinadas a su posesión permanente, y son responsables del uso exclusivo de las riquezas de los suelos, ríos y lagos existentes en ellas".
La diputada Joenia Wapichana, coordinadora del Frente Parlamentario Indígena, habló en el Congreso y dijo: "Mi grupo cree que es necesario avanzar en la protección de las tierras, nuestros derechos no son negociables".
Y también explicó que "existe una demanda sobre las demarcaciones de las tierras indígenas. Tierras indígenas que están siendo invadidas constantemente, áreas de protección ambiental que están en riesgo, la Amazonía. Se está convirtiendo en un asunto cada vez más conflictivo en las zonas rurales".
Por este motivo las comunidades indígenas afectadas se manifestaron de manera pacífica frente al Ministerio de Justicia brasileño para pedir que el proyecto de ley de marcha atrás ya que estaría modificando la Constitución brasileña y afectaría directamente las áreas protegidas de los pueblos originarios.