Los incendios e inundaciones cada vez se hacen más presentes en el mundo a medida que la crisis climática continúa cambiando las temperaturas. En esta ocasión, California es víctima de un incendio que comienza a propagarse por el norte de Estados Unidos debido a las sequías.
El incendio "Dixie" ya se registró como el tercero más grande en la historia del estado californiano, puesto que comenzó a mediados de julio y aún no se ha podido controlar.
El desastre arrasó con Greenville, un pueblo que se encuentra en el norte de la costa oeste. Dixie carbonizó 170.000 hectáreas y dejó a muchas familias sin hogar en un pueblo con 800 habitantes.
"Mi corazón está roto por lo que pasó", expresó Todd Johns, el alguacil del condado de Plumas. Y agregó: "Este incendio no ha terminado. Si las llamas están en dirección a ustedes, necesitan prepararse. Hacia donde el viento sople, hacia allí es que irá el fuego".
El alguacil Johns le pidió disculpas a las familias que perdieron todo en el suceso y les advirtió al resto que se encuentran cerca de las llamas.
Si bien Todd es quien está a cargo de la coordinación para apagar el fuego, otras 5000 personas se encuentran junto a él para poder detener el avance de Dixie.
A su vez, las autoridades y los expertos esperan que el incendio siga avanzando debido al viento y al suelo seco que dejará que el fuego se expanda fácilmente.