La nueva variante Ómicron de COVID sigue causando estragos en Latinoamérica, principalmente en Argentina, donde su crecimiento va mucho más rápido que la anterior variante de preocupación, Delta.
El grupo de investigadores que hacen la vigilancia genómica del COVID en el Instituto ANLIS/Malbrán, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación de ese país, determinó que Ómicron fue detectada a principios de diciembre de 2021 por medio de muestras analizadas de pacientes con el virus que habían estado en el extranjero.
Pocos días después de detectarse el primer caso positivo con la nueva variante, Ómicron pasó a ser la variante predominante, mientras que la variante Delta tardó más de 10 semanas en ser detectada en más del 50% de las muestras en 2021.
Realidad actual
Un reciente reporte del Instituto ANLIS/ Malbrán dio a conocer que la variante Ómicron está en todas las regiones de la Argentina. En la semana del 2 de enero la proporción de esta variante en casos sin antecedentes de viaje se ubicó en un 84.4% mientras que la proporción de variante Delta descendió al 15.6%.
"Se observó un descenso general de la detección de variante Delta en la mayoría de las provincias con respecto a las semanas previas", revelaron los científicos. "La circulación de variantes de SARS-CoV-2 se caracteriza actualmente por un rápido crecimiento de la variante Ómicron con un descenso concomitante en la detección de variante Delta en varias de las Jurisdicciones del país", agregaron.
La infección por la variante Ómicron no se considera como un resfriado común. Existe el riesgo de que los contagiados desarrollen casos graves y requieran internación en el hospital, mucho más si no están vacunados contra el COVID.