Una brillante, impactante y misteriosa bola de fuego verde alumbró el cielo del noreste de Estados Unidos la madrugada del 19 de noviembre, poco antes de que cayera en el lago Ontario de Canadá. Por supuesto, este suceso atemorizó a los testigos que lograron ver un objeto parecido a un helicóptero que surcaba el aires antes de iluminar la noche y desaparecer como si nada hubiera pasado.
En vista de los sucedido en Estados Unidos y Canadá, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) declaró que la llamada bola de fuego verde que apareció en el cielo norteamericano se trató de un meteorito que cayó al este de Grimsby, Ontario.
¿Qué se sabe?
Según la explicación de la NASA, no fue exactamente una bola de fuego sino un pequeño meteoro que al entrar en nuestro planeta se rompió en cientos de pedazos, cuya mayoría cayeron en el lago Ontario, aunque ciertos trozos pequeños pudieron haber impactado en la costa sur del lago.
De acuerdo a los informes, las autoridades espaciales han bautizado al meteoro verde como 2022 WJ1. Mientras tanto, astrónomos de la Universidad Occidental de Ontario invitaron a los habitantes de algunas zonas de la costa del lago Ontario que "comprueben sus patios y entradas en busca de nuevas rocas negras, que podrían ser meteoritos".
Ciertos trozos pequeños pudieron haber impactado en la costa sur del lago.
Sobre el color brillante de la bola de fuego verde es producto de una reacción atmosférica y química con la roca espacial. Astrónomos de la Universidad de Cornell indicaron que el color de los meteoros o de las estrellas fugaces está influenciado por dos factores: la composición química del meteoroide y la interacción de sus átomos con las moléculas de la atmósfera.