Arqueólogos de Polonia descubrieron en un cementerio del pueblo de Pien, cerca de Ostromecko, en Polonia, el esqueleto de un niño de entre 5 y 7 años tumbado boca abajo y atado con candado a la tierra por los tobillos.
En declaraciones a "Business Insider", Dariusz Polinski, profesor de la Universidad Nicolás Copérnico que dirigió la excavación en Polonia, señaló que la decisión de atar al niño por los tobillos forma parte de una serie de supersticiones que tenían algunas familias para asegurarse de que sus parientes no pudieran volver del más allá.
¿Prácticas antivampíricas?
"El candado bajo el pie simboliza el cierre de una etapa de la vida y protege contra el regreso del difunto, que probablemente se temía", dijo Polinski al citado medio. "Estas prácticas tienen su origen en creencias populares y a veces se describen como antivampíricas", remarcó.
"Estas prácticas tienen su origen en creencias populares y a veces se describen como antivampíricas".
Asimismo, explicó que la práctica de enterrar los cuerpos boca abajo en Polonia era para garantizar que los fallecidos "mordieran la tierra y no dañaran a los vivos". En ese mismo pueblo, los los arqueólogos también descubrieron en 2022 a una mujer "vampiro" enterrada con un candado en el dedo gordo del pie y una hoz en el cuello.
El profesor de arqueología manifestó, además, que las dos tumbas fueron encontradas a pocos metros de distancia en el cementerio, que su equipo cree que era uno improvisado para "los excluidos", o aquellos que no eran recibidos en los cementerios cristianos.
El investigador cree que existen varias razones por las que una persona pudo haber sido enterrada en un cementerio de este tipo en Polonia. A su juicio, puede que haya presentado un comportamiento extraño mientras vivía, que produjo que otros le tuvieran miedo. Por otra parte, aseguró que posiblemente haya tenido un padecimiento o una condición física inusual que afectara a su apariencia.