Grecia atraviesa un momento de mucha convulsión social, a una década de la famosa crisis económica que puso en jaque todas las estructuras sociales y políticas del país. El Parlamento griego aprobó una polémica reforma laboral, que generó un gran descontento entre la población.
Esta ley lleva los días laborales a seis por semanas, y dispone que cada jornada laboral puede llegar a durar hasta 13 horas. Si bien esto marca un techo y no un piso, el descontento de los trabajadores de Grecia surge a partir de la brecha que abre entre empleadores y empleados.
La iniciativa también permite que los empleados puedan tener un segundo trabajo de hasta cinco horas diarias. El Gobierno de Grecia espera que de esta forma se amplíe la posibilidad para aumentar el empleo.
El pasado 21 de septiembre, una multitud se volcó a las calles a protestar contra esta ley, por lo que las autoridades se vieron obligadas incluso a cerrar el metro de Atenas. La situación sigue manteniéndose con una gran tensión en toda Grecia.
La mencionada ley, en otro de sus apartados, prohíbe a los huelguistas impedir a un colega que vaya a trabajar durante un paro. Desde la oposición, apuntaron contra el gobierno acusando de tomar una medida que empeora la situación de explotación laboral, en especial dentro del mercado privado.
En defensa de la medida
El ministro de Trabajo, Adonis Georgiadis, defendió la iniciativa declarando que su objetivo es el de "estimular el empleo" y "aumentar el número de puestos viables y correctamente pagados". Esta ley se suma a la que se había aprobado el pasado mes de julio, que permite trabajar después de los 74 años, es decir siete años más allá de la edad de jubilación.
"Aumentar el número de puestos viables".
Fuente: (YouTube RTVE Español).
El primer ministro de Grecia, reelecto en junio para un segundo mandato de cuatro años, tiene entre sus máximos desafíos reducir la tasa de desempleo, actualmente de 10,8%, a 8% de aquí a 2027.