El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol quedó al borde de la destitución en medio de una crisis social y política que afecta a ese país. La declaración de una Ley Marcial, que luego fue revocada por la Asamblea Nacional, inició una serie de protestas y revueltas en las calles de Seúl y otras ciudades importantes.
Tanto el primer mandatario como el ministro del Interior de Corea del Sur y el ahora exministro de Defensa, que fue reemplazado este jueves, se encuentran bajo investigación. Esto debido a la mencionada declaración de la ley marcial que propició que las fuerzas armadas salieran a las calles.
Desde la oposición, encabezada por el Partido Democrático, presentaron esta semana una moción conjunta para destituir al presidente. La oficina de Yoon anunció el jueves la decisión de sustituir al ministro de Defensa, Kim Yong Hyun, por Choi Byung Hyuk, un general de cuatro estrellas retirado que se desempeñaba hasta ahora como embajador de Corea del Sur en Arabia Saudita.
Mientras tanto, el presidente no volvió a aparecer en público ni se ofreció desde el gobierno ningún comunicado con la palabra oficial. Quien sí habló fue el destituido ministro Kim. “Todas las tropas que realizaron tareas relacionadas con la ley marcial actuaron bajo mis instrucciones, y toda la responsabilidad recae sobre mí”, sostuvo el Ministerio de Defensa.
La moción de destitución podría votarse este fin de semana o quedar sin efecto si no se vota dentro de las 72 horas posteriores a su presentación parlamentaria, pero se puede presentar una nueva si ésta es desechada o rechazada, según los funcionarios de la Asamblea Nacional de Corea del Sur.
Para destituir al presidente se necesita el apoyo de dos tercios de la Asamblea Nacional, o de 200 de sus 300 miembros. En total, los partidos opositores cuentan con 192 escaños.
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