El Papa Francisco presidió este domingo la tradicional misa de Pascua. El sumo sacerdote se había ausentado de otros importantes rituales de la semana santa, debido a su salud, por lo que no se sabía si estaría en condiciones de llevar adelante la homilía en la plaza de San Pedro.
Con la compañía de cardenales, obispos y sacerdotes, y frente a una multitud que se acercó al Vaticano desde distintos lugares del mundo, el Papa Francisco pidió por la liberación de rehenes en Gaza y al intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania, como así también por el fin de los conflictos bélicos en Europa y el Mediterráneo.
Así el argentino pudo dar la tradicional bendición "urbi et orbi", en medio de un fuerte mensaje por la paz. "La paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón", afirmó.
El Papa Francisco recordó también a las zonas de África que padecen la hambruna debido a prolongadas sequías. También, se refirió a los niños que padecen situaciones de violencia. "Con su mirada nos preguntan: ¿por qué? ¿Por qué tanta muerte? ¿Por qué tanta destrucción? La guerra es siempre un absurdo y una derrota", dijo.
El mensaje desde el Vaticano
El santo padre comenzó orando en latín tras el canto del Gloria, y dedicó también un mensaje a sus seguidores en las redes sociales. "Levantemos nuestra mirada a Jesús", escribió en X, "si nos dejamos llevar de la mano de Jesús, ninguna experiencia de fracaso y dolor, por mucho que nos duela, puede tener la última palabra sobre el sentido y el destino de nuestras vidas".
"El destino de nuestras vidas".
Una vez finalizada la misa, el Papa Francisco recorrió la plaza a bordo del Papamóvil, saludando a fieles y turistas que se congregaron allí. Asegurando que en este día tan especial para la fe católica se reafirma "la alegría de vivir, sin olvidar las heridas y los ultrajes que sufre el mundo".
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