Cada vez son más las personas que se inician en el ayuno intermitente para lograr bajar de peso. Es una de las formas que cada tanto se pone de moda y que algunos nutricionistas llevan adelante con sus pacientes.
Sin embargo, con cada una de las acciones que se realizan es pos de la salud, hay que consultar siempre con un especialista, ya que mantener una vida saludable es mucho más prioritario que arrancar con el ayuno intermitente sin conocer cómo puede afectar al organismo.
Los beneficios más marcados del ayuno intermitente
Lo principal es saber cuándo comer para que el ayuno intermitente se haga de manera correcta. Según nuestro reloj interno, el que regula la actividad de los órganos en función de la luz del sol, comer debería efectuarse mientras exista luz solar.
Pero en invierno el desayuno podría hacerse a las 8 de la mañana y la última comida del día sobre las 7 o las 8 de la tarde. Se trata de adelantar un poco la hora de la cena y así poder ejecutar un ayuno intermitente hasta el día siguiente.
Los beneficios que se ven son claros en relación a la grasa que se acumula. Nuestros depósitos de grasa son los primeros en quemarse durante los periodos de ayuno intermitente, de hecho, ahí están, para ser utilizados cuando no dispongamos de alimento. Estamos diseñados para adaptarnos al ayuno, según destacan algunos especialistas, por ello auguran éxito en el modo de encarar la baja ingesta de comida.