Los dispositivos que se dedican a realizar un seguimiento de la salud física del usuario suelen recomendar que este realice alrededor de 10.000 pasos al día. Muchos piensan que esta sugerencia se debe a un hallazgo científico cuando, en realidad, tiene que ver con una anécdota, más que con una investigación.
De acuerdo al testimonio de la profesora de epidemiología de la escuela de Salud Pública T.H, I-Min Lee, este objetivo comenzó a popularizarse en Japón en los 60.
Tras los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964, un fabricante de relojes, que deseaba abrirse camino en el mercado del fitness, generó un podómetro, cuyo nombre escrito en los caracteres japoneses simulaba a un hombre que caminaba.
A su vez, se tradujo a este como “medidor de 10.000 pasos”, y fue así como comenzó el objetivo que durante décadas se fue incrustando en la conciencia de las personas y generalizándose cada vez más. No obstante, la ciencia advierte que no se necesitan 10.000 pasos al día para ser saludable.
En el año 2019, I-Men Lee y un grupo de científicos realizaron un estudio en el que salió a la luz que varias mujeres de 70 años ya alcanzaban los 4400 pasos al día. Esto reducía su riesgo a una muerte en el 40% de los casos.
Estos sujetos de estudio se compararon con otras mujeres que daban entre 2700 pasos diarios o incluso menos. Estos posibles riesgos a que la muerte viniera antes iban decreciendo a medida que se estudiaban personas que realizaban mayor número de pasos. Sin embargo, se notó que sus ventajas se estacaban en los 7500.
En resumen, aquellas mujeres mayores que caminan 10.000 pasos para aumentar su esperanza vida y aquellas que andan solo 7500, poseen los mismos resultados.