En los últimos años han pasado catástrofes, pandemias, deshielos y muchos fenómenos que nos demostraron que es necesario ocuparnos del cuidado del medio ambiente.
Y, aunque al principio parece complicado, en realidad es mucho más simple de lo que se piensa. De hecho, siempre es recomendable comenzar los grandes cambios por el interior de nuestro propio hogar, con pequeñas prácticas ecológicas y amigables con el medio ambiente.
Por eso, en esta nota vas a conocer seis prácticas que pueden hacer de tu hogar un espacio más consciente y armónico con el planeta Tierra.
1. Implementa el movimiento Zero Waste (0 desperdicios)
Esta práctica busca reducir al máximo posible la cantidad de residuos que acaban siendo basura en casa. Se entiende por “basura” aquello que no se puede reutilizar de ningún modo. Es decir, lo que no puede ser compostado ni reciclado.
En este punto, también está bueno compactar al máximo la basura porque así cabe más en una bolsa, por lo tanto, más bolsas en un camión recolector, que implica menos viajes de transporte, menos petróleo, menos contaminación. ¡Todo suma!
2. Un hogar sin plásticos es un hogar feliz
Elimina todas las cosas de un solo uso de tu vida, ya sean papeles, cartones o lo que sea que implique la filosofía del "usar y tirar". Es que cuando comenzamos a ser conscientes, nos damos cuenta de que vivimos usando y tirando recursos.
Un ejemplo simple son las servilletas de papel, los sorbetes o los paquetes de cartón de comida rápida. La regla para el hogar que puede ayudar es "si algo va a estar menos de 5 horas en tu vida, directamente no lo utilices".
En este mundo, los productos vienen empaquetados con muchos plásticos de un solo uso. Y la mejor manera de erradicar este material noble, pero altamente contaminante, es eliminándolo de nuestras vidas.
Parece complicado, pero es tan sencillo como hacer un cambio de paradigma. Por ejemplo, sustituir el bote de gel de baño por un jabón en barra. O simplemente cambiar las bolsas de plástico por bolsas de tela. Simple, rápido, sencillo y, sobre todo, ecológico.
3. Reducir, reutilizar, reciclar
Reutiliza, siempre, y si no es posible, entonces recicla. Recicla siempre el vidrio, el papel, cartón y el plástico que no puedas reutilizar de ninguna manera. Esto es mucho más fácil si organizamos contenedores para separar nuestros residuos.
Los eco ladrillos también son grandes aliados para darle un nuevo uso a los plásticos que no pudimos evitar. Se trata de botellas de plástico donde vamos comprimiendo los residuos limpios y secos.
4. Cambia tu consumo general y cuida tu alimentación
Es ideal cuestionar nuestro consumo y comenzar a optar por opciones de alimentación ecológicas y locales. La huella de carbono del transporte de alimentos es enorme y grave, como también las consecuencias del uso y abuso de agroquímicos en las producciones.
Por eso, una posible solución es apostar a los productos de proximidad, apoyar a productores locales y comprar a granel, para evitar alimentos ultraprocesados. Por supuesto, evitando grandes envoltorios y bolsas plásticas. Algo práctico y sencillo es ir de compras con tu bolsa reutilizable de tela y, en lo posible, con tuppers o frascos para tus compras a granel.
5. Tu armario también puede ser sostenible
¿Sabías que la industria textil es una de las más contaminantes del mundo? Por eso, es clave dejar de consumir moda desechable. La premisa que debemos tener en cuenta para practicar esto es que no hay prenda más sostenible que la que ya está fabricada.
Evitar las prendas de ‘fast fashion’ y asistir a ferias de segunda mano puede ser una forma de reducir el impacto negativo que tiene nuestro paso por el planeta. También las prácticas de DIY ('Do It Yourself') y costumización de prendas ayudan a disminuir la contaminación.
6. Reduce tu consumo de energía y servicios del hogar
Con pequeñas acciones en el hogar, como cambiar a bombillas LED o de bajo consumo e incluso asegurarse de que no queden artefactos enchufados de forma innecesaria, ya es suficiente.
Además, el agua también debe cuidarse. Mientras nosotros debemos aumentar el consumo de agua para el bienestar de nuestro organismo, debemos reducir su uso en cuestiones domésticas como el lavado de ropa, de vehículos, las pérdidas en las canillas, etc.
Para tener una vida sustentable y ecológica, es clave cambiar nuestro consumo. Una buena práctica es detenerse antes de comprar o consumir, y preguntarse: ¿Realmente lo vale? ¿Lo necesito? ¿Cuánto combustible se utilizó para hacer llegar este producto a mis manos? ¿Quién lo produce y cómo lo hace?
Además, recuerda que no es necesario llevar todas las prácticas juntas y cumplirlas a rajatabla. Con tan solo cambiar algunos hábitos, de a poco, es suficiente. Lo importante es accionar e intentar sostenerlas en el tiempo para construir un verdadero hogar saludable para el medio ambiente y para nosotros mismos.