Mientras gran parte de Latinoamérica invierte millones de dólares en la prospección y extracción de combustibles fósiles, Chile se erige como el único en la región que apuesta de manera considerable a la generación de energía renovable.
De hecho, el país se ha convertido en ejemplo mundial luego de que en el Climatescope de Bloomberg lo destacaran como el más atractivo del planeta. Dicha calificación se dio en 2020, cuando el 40% de las inversiones extranjeras estuvieron ligadas a la generación de energía verde.
En ese sentido, el Financial Times destaca en su edición de este martes que "Chile ha puesto en marcha uno de los planes más ambiciosos del mundo en materia de energías renovables, con la esperanza de aprovechar la abundancia de fuertes vientos en el sur de la Patagonia y el intenso sol del norte del Desierto de Atacama para generar electricidad verde a precios mínimos".
Además, el prestigioso medio enaltece la intención del Gobierno de convertir al país en el principal exportador a nivel global de hidrógeno verde (combustible generado sin emisiones).
Si bien existen diversas posturas sobre la producción y formas de distribución de este combustible, Chile mantiene su idea de bajar los costos y aumentar la fabricación a lo largo del país para comenzar a competir de igual a igual con Arabia Saudita y Australia, los principales exportadores de hidrógeno en la actualidad.
"El argumento de Chile es que los electrolizadores necesarios para fabricar el hidrógeno bajarán mucho de precio a medida que se incremente la producción y se construyan modelos más grandes (ya hay proyectos piloto en marcha en varias partes del mundo)", explica el Financial Times al tiempo que sostiene que el país "puede acceder (de esta manera) a una energía renovable y limpia a un costo muy bajo".
Incluso, el medio sostiene que "estos argumentos son plausibles, ya que se basan en una tecnología ampliamente probada y en tendencias que ya están en marcha", y destaca que "algunas aplicaciones de alto consumo energético, como la alimentación de camiones mineros pesados, grandes barcos o aviones, son difíciles o imposibles de atender con la tecnología de baterías existente".
Por lo pronto, Chile deberá resolver un problema considerable: aún no existen formas seguras, eficaces y de bajo costo para transportar este tipo de combustible, aunque la novedad es que se encuentran en desarrollo varios estudios.